Alejandro Cárcamo: “Plebiscito bajo pandemia, una amenaza a la legitimidad del proceso constituyente”

El próximo 25 de octubre del presente año viviremos un proceso constituyente inédito en nuestra historia republicana. La ciudadanía es la que deberá definir, de manera directa en las urnas, si desea mantener la Constitución Política de la República vigente o si, por el contrario, desea elaborar un nuevo texto constitucional. Conjuntamente, en la eventualidad de ganar la opción “apruebo”, se definirá la composición del organismo encargado de redactar dicho nuevo texto constitucional.

No obstante lo anterior, no es posible olvidar que el acto plebiscitario aludido, originalmente, estaba previsto para el mes de marzo del presente año, el cual, con un amplio consenso del Poder Ejecutivo y del Legislativo, fue postergado debido a la grave situación sanitaria generada en Chile por la pandemia del Covid-19. 

Una revisión rápida de los datos epidemiológicos existentes en el mes de marzo de 2020, comparativamente con los existentes en el presente mes de octubre, nos demuestra que las condiciones sanitarias en la actualidad, son aún más complejas que las existentes en el mes de marzo. Sin perjuicio de ello, nuestras autoridades políticas han perseverado en la realización de tan trascendental acto republicano y democrático. 

A priori, resulta imposible aventurarse en cuanto a determinar el porcentaje de participación ciudadana con la que contará dicho acto electoral.  No obstante, dado el temor fundado de la población en orden a contagiarse por el desplazamiento de personas y las aglomeraciones propias de un acto como éste, es natural ponerse en la situación hipotética en la cual la tasa de abstención sea alta, más aún considerando que en los actos electorales más recientes, la participación de los electores ha ido decreciendo dramáticamente.

En este contexto, nos parece que la realización del plebiscito del 25 de octubre de 2020 se encuentra gravemente amenazado por la pandemia que nos afecta, amenaza, que sea cual sea el resultado, puede afectar seriamente la legitimidad del mismo si es que las cifras de abstención se acercan o superan un cincuenta por ciento del padrón electoral.

De darse el escenario señalado, la opción perdedora aprovechará con razón dicha coyuntura para cuestionar la representatividad y legitimidad del proceso, cuestión que generará una inestabilidad política y social que pudo evitarse.   

Alejandro Cárcamo Righetti 

Abogado 

Profesor Universidad Autónoma de Chile.