El tamizaje visual debería hacerse desde temprana edad. Según explica Maylyn Sepúlveda, académica de la Escuela de Tecnología Médica de la Universidad Católica del Maule (UCM).
Un estudiante que no ve bien, es un estudiante que no tiene un buen desempeño escolar. Así ya lo ha determinado la ciencia. Un estudio reciente de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos demostró que los estudiantes que fueron sometido a exámenes oculares y recibieron lentes, mejoraron su rendimiento.
La investigación se realizó con dos mil 304 jóvenes de la ciudad de Baltimore que cursaban tercero a séptimo básico y concluyó que las calificaciones de lectura y matemáticas mejoraron después de un año de que los estudiantes comenzaron a usar anteojos.
El tamizaje visual debería hacerse desde temprana edad. Según explica Maylyn Sepúlveda, académica de la Escuela de Tecnología Médica de la Universidad Católica del Maule (UCM), “Todos los niños debieran recibir una primera evaluación visual alrededor de los cuatro años y los padres y cuidadores deben estar atentos a las señales, pues no todos son capaces de decir que tienen un problema porque no lo reconocen”.
Por ello es importante que padres y cuidadores estén atentos a algunas señales respecto a cómo los niños se comportan con su entorno: “niños que al moverse o jugar suelen chocar con todo o que se tropiezan seguido o que, ya en la escuela, comienzan a quedar atrás en términos de entender algún tema, debiesen ser examinados”.
En Chile, desde 1992, la Junaeb implementó el programa de detección de problemas visuales, auditivos, bucales y posturales para estudiantes de colegios municipales y subvencionados. En el marco de ese programa, 100 niños de prekinder a sexto básico, fueron atendidos en el Centro Oftalmológico UCM.
Sepúlveda indicó que “en este primer operativo que realizamos en el campo clínico de la escuela, los estudiantes de tercer año bajo supervisión docente, fueron los encargados de realizar exámenes diagnósticos para descartar vicios de refracción y estrabismo y, en caso de ser necesario, derivar a un médico oftalmólogo”.
De hecho, gracias a una atención visual a tiempo, en Chile se logró reducir la repitencia escolar por problemas visuales, común en la década de los 80 y 90. “Como país tenemos muy buenas políticas públicas en este sentido. Además del programa de Juaneb, el GES ofrece la atención a menores de 9 años con estrabismo y atención primarias oftalmológicas a jóvenes de 15 años en adelante”, explicó Sepúlveda.
Fernanda Correa, madre de un niño de siete años y quien acudió al operativo en la Universidad Católica del Maule, indicó que “me enviaron una encuesta en el colegio y respondí porque me interesaba que Santiago pudiera tener un monitoreo porque ahora los niños usan mucho el celular y la tablet y esta fue una buena oportunidad. Me dijeron que por esta vez no era necesario derivarlo al oftalmólogo y el próximo año pueden revisarlo de nuevo, así que me voy tranquila y contenta”.