El cuidado de la salud mental es fundamental para el bienestar de una persona y la ayuda psicológica es indispensable en el caso de los niños, niñas y adolescentes que hayan sufrido un episodio de ataque sexual.

La violación y el abuso infantil es algo recurrente en distintas partes del mundo, por lo que día a día hay denuncias de esta índole y los profesionales trabajan en estos casos para que niños y niñas puedan superar esta experiencia traumática.

El profesor Gerardo Chandía, psicólogo y director del Magíster en Salud Mental Infanto Juvenil de la Universidad Católica del Maule conversó con Diarios en Red donde indicó que “el mayor porcentaje de casos de abuso sexual se realizan al interior del grupo familiar, es decir, de personas que mantienen contacto frecuente con la familia”.

Ante ello explicó cómo hablar del tema con los niños, para que en el caso de que sufran una agresión sexual puedan contarlo a sus cercanos y tengan la seguridad de que les creeran. 

“Depende de múltiples variables, entre ellas que exista una educación sexual integral desde la primera infancia, tanto a nivel familiar como escolar y que los adultos a cargo establezcan un estilo parental basado en el buen trato, no a través del miedo, sino a través de diálogo. En conclusión, que exista confianza y que entiendan que pueden contar todo y sus principales cuidadores siempre les van a creer”, dijo.

En el caso de que un niño, niña o adolescente haya sufrido una agresión de este tipo, el profesional indica que es indispensable comenzar con la atención de un especialista.

“Siempre que un niño, niña y adolescente que sufre una situación tan traumática como un abuso sexual, se debe gestionar derivación a atención especializada. Existe una oferta nivel público que son los Programas de Reparación de Maltrato Infantil Grave y Abuso Sexual (PRM) que brindan atención especializada. No obstante, previo a la derivación se debe realizar la denuncia respectiva”, señaló.

Al ser consultado por las señales que una persona pueda tener después de una agresión de estas características, Chandía aclara que en cada caso esto puede variar.

“Es complejo definir un listado de síntomas, ya que depende de múltiples variables, no obstante, dentro de los principales indicadores encontramos alteraciones en la esfera de la sexualidad, trastorno de estrés postraumático, síntomas de ansiedad y depresión, dinámicas traumatogénicas, entre otros”, indicó.

Procesos judiciales

En el caso de que suceda un ataque sexual en contra de un niño o una niña, se debe realizar la denuncia de forma inmediata y destaca que el proceso judicial en estos casos ha avanzado en evitar la revictimización. De igual forma aconseja que todo el grupo familiar debe buscar apoyo.

“Se debe realizar la denuncia de manera inmediata, cuando existe un entorno que entrega credibilidad y se activa de manera inmediata, existe un mejor pronóstico en términos de daño. Hoy con la nueva ley de entrevista videograbada, se promueve que los niños/a no sean expuestos a múltiples interrogatorios, por lo tanto, no se sugiere exponerlos a preguntas innecesarias y hacer la denuncia, ya que posteriormente será entrevistado por un profesional calificado para estos fines”.

Y agregó: “Todo proceso es único y dependerá de múltiples variables (factores protectores y de riesgo), pero sin duda, es una situación muy dolorosa para todos los integrantes de la familia y se recomienda un apoyo para enfrentar todo lo que conlleva una situación tan traumática como son las de carácter sexual”.

Pese al cambio de la ley, de igual forma dice que “todavía nos queda mucho trabajo en reducir los tiempos de investigación que pueden tardar hasta 5 años”.“Los procesos judiciales son largos, se requiere en primera instancia un apoyo de reparación de la situación traumática, como también un apoyo por ejemplo en la asistencia del niño/a juicio oral donde inevitablemente revivirá la situación abusiva”, añadió.

Como el psicólogo explicó anteriormente, en la mayoría de los casos, los ataques son cometidos por alguna persona cercana al entorno familiar, por lo que “se trabaja con profesional especialista en la reparación de situación traumáticas, a través de técnicas que faciliten la comprensión de lo que les sucedió, y que puedan aliviar la sintomatología originada de la situación de abuso sexual”.

Mientras que al ser consultado por los tiempos para lograr una reparación en este tipo de vulneraciones, el especialista es tajante al afirmar que: “No existe un tiempo mínimo ni máximo, ya que dependerá de cada situación, pero por ejemplo los procesos en un PRM pueden durar hasta 18 meses. Una situación tan traumática como el abuso sexual, no se olvida jamás, pero con un buen proceso se logra integrar la vivencia como un aspecto doloroso y continuar con los otros ámbitos de la vida”, sentenció.