Se apunta a una mala administración y falta de experiencia como causante del déficit de albergues en el Maule

La preocupación que se ha levantado desde algunos sectores respecto a la habilitación de albergues, se vincula directamente a la reacción tardía del Seremi de Desarrollo Social y Familia. A pesar del frío y las lluvias, a la fecha, continúa solo un albergue disponible en el Maule financiado y gestionado por la cartera de Desarrollo Social. Ante la emergencia, alcaldes de las distintas comunas han tenido que utilizar recursos propios para habilitar recintos y recibir a las personas que lo necesitan.

En más de una ocasión el Seremi de Desarrollo Social ha culpado a la gestión anterior por la falta de albergues, ya que según sus palabras solo se provisionó 3 de 11. A raíz de eso, el ex delegado presidencial regional del Maule, quien también fue jefe de la misma secretaría ministerial, Juan Eduardo Prieto, indicó que “es fácil echarle la culpa al otro cuando no se ha hecho el trabajo. El programa Noche Digna se planifica con meses de anticipación, no cuando otros presionan o levantan las alarmas. Los días que nos enfrentamos a temperaturas extremas, ¿Por qué no estaba abierto el albergue de Linares y Talca? Que ya tenían recursos asignados. Hoy solo hay un albergue habilitado por parte de la Seremi y ni siquiera los tres que ya estaban provisionados del gobierno anterior, y eso habla de una mala administración”.

La Seremi de Desarrollo Social y Familia anunció más de $1.400 millones para ir en ayuda de las personas en situación de calle y abrió el concurso para la ejecución de albergues, rutas sociales y médicas – todo parte del programa Noche Digna - el 2 de junio; entre plazos de postulación, revisiones, evaluaciones, adjudicación y firma de convenios, se estipulan 18 días hábiles, por lo que se podría llegar a la última etapa del proceso el 30 de junio. A lo anterior hay que sumarle los días de implementación y equipamiento de los recintos.

En ese sentido, Prieto explicó que “la gestión de los albergues debe comenzar en marzo, porque se hace a través de un concurso público y eso toma tiempo. Años anteriores hemos contado con ejecutores como el Hogar de Cristo, Luxemburgo y Alta Tierra, que sé que hoy están muy dispuestos a colaborar, pero las bases del concurso se pusieron a disposición muy tarde y hoy estamos frente a un problema grave porque no se está llegando con techo y abrigo a las personas que viven en la calle, exponiendo sus vidas”.