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Comer rápido tiene consecuencias negativas para la salud

  • Miércoles 12 de octubre de 2022
  • 13:24 hrs

Aumento de peso y de grasa corporal son algunas de las consecuencias de la ingesta veloz de alimentos.

Un estudio realizado por el área de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición del Centro de Investigación Biomédica en Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) ha demostrado que comer rápido se asocia a mayor riesgo de sobrepeso y otros factores cardiometabólicos en la infancia.  

Al ingerir alimentos rápidamente no le damos el suficiente tiempo a nuestro cerebro para recibir las señales de saciedad, por lo que podemos terminar comiendo más cantidad de alimentos de lo que realmente necesitamos. Esto favorece el aumento de peso y de grasa corporal. Además, puede dificultar el proceso de digestión generando malestar, distención e incluso acidez”, comenta Carolina Pye, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de los Andes. 

La especialista agrega que en el caso de los niños, el comer demasiado rápido también aumenta el riesgo de atragantamiento, ya que los alimentos no son masticados correctamente lo que puede causar asfixia”. 

En este sentido, Carolina Pye entrega algunas recomendaciones que permitirán cambiar los hábitos a la hora de comer y así evitar las consecuencias de comer demasiado rápido. 

  • No llegar con demasiada hambre a las comidas: es recomendable que los niños consuman una colación saludable si es que tienen periodos de tiempo muy extensos entre comidas formales. De no hacerlo, podría generar una sobre ingesta de alimentos en el tiempo siguiente de comida.  
  • Picar la comida en trozos pequeños: presentar la comida en trozos más pequeños facilita que el niño se alimente por sí mismo, permite que el proceso de masticación sea adecuado, favoreciendo la saciedad 
  • Masticar varias veces las comidas: lo ideal es formar una “papilla” dentro de la boca, lo que además de ser más seguro para evitar atoros, contribuye a disminuir la velocidad en la que se ingiere la comida.  

 

“Es recomendable que estás prácticas sean trabajadas desde pequeños, ya que entre más pequeño sea el niño más fácil será incorporarlo como un hábito de alimentación saludable permitiendo prevenir enfermedades asociadas a una inadecuada alimentación”, concluye Carolina Pye, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de los Andes.